Íbamos en una van. Él, dos minas, el chofer del vehículo y yo. El asiento del acompañante estaba vacío. Detrás estábamos nosotros y en el último asiento las minas. Pasó su brazo por detrás de mi cuello y acariciándose la barba candado me dijo – Llegamos querido, después de tanto esfuerzo llegamos – golpeó sus palmas, se frotó las manos, besó la virgen que colgaba de una gruesa cadena de oro que rodeaba su cuello y, con lágrimas en los ojos, soltó la frase que desataría la tragedia. Había sido traicionado por mi mejor amigo.
Seguir Leyendo... Hay cosas que uno sabe desde el comienzo, sin que nadie diga una sola palabra. Hay que mirar el contexto, observar los gestos, la manera de articulas las palabras, pero sobre todas las cosas las apariencias. Que tuviera barba candado -justo él- me puso en estado de alerta, pero no es fácil perder la confianza de una persona a la cual conoces hace más de 25 años.
- hoy es la noche – me estaba diciendo cuando me di cuenta que no entendía lo que estaba pasando.
- Que noche, ¿de qué me hablás?
- No te hagas el boludo, papito –ese papito me irritó demasiado-
- ¿Qué carajo te pasa? ¿Quiénes son esos gatos que no paran de cotorrear? Y ¿por qué va manejando un chabón que no conozco?
- ¿Cómo que no lo conocés?, es el tío Teo.
El chofer de la camioneta se baja los Ray ban y mirándome por el espejo retrovisor dice - ¿enserio no te acordás de mi?. Asiento con la cabeza. Estoy totalmente resignado, sé que nada bueno puede salir de esto.
- Decime que está pasando loco, no entiendo nada.
- No te hagas el boludo, hoy no, te lo pido por favor- dice con su mejor cara de garca.
- No me estoy haciendo el boludo, te estoy hablando enserio.
- Te pedí por favor que hoy no te pases de rosca! –grita-. - A vos pendeja, te dije que lo cuidaras – dice mirando a la rubia.
- Yo le dije. Yo le dije pero no me hizo caso, responde entre lágrimas la rubia.
- Pero no alcanzaba con decirle, te lo pedí por favor. Cincuenta veces te lo pedí.¿Qué carajo vamos a hacer ahora?, no puede aparecer así!, no te dás cuenta estúpida que tu ropita y todos los lujitos que te dás te los pagamos nosotros.
- No seas así, dijo la morocha.
- Vos cerrá la cola. Ya vamos a hablar en casa.
Muchas veces escuche, en mi adolescencia, la frase cerrá la cola. Todas, y cada una de las veces que la escuché, se me retorció el estómago. Supongo que será porque la mitad de las veces se lo decían a mujeres que, a pesar de responder, en la mayoría de los casos, chupate ésta –gesto con las manos- o si la tengo abierta no es por vos, no dejaban de ser mujeres y la mitad restante me las decían a mí, y creanme que era mejor callarse.
Totalmente sacado le pedí que me explicara lo que estaba pasando. Hablándome como a un chico, dijo que yo era un cantante muy exitoso, que mi disco debut -“Escrito en las nubes”- era el disco más vendido de la argentina y que miles de pendejitas morían por mí. Que era un desagradecido y que no consideraba justo que después de “tanto remarla” yo arruinase todo por estar “dado vuelta” y, aunque reconocía que yo le caía mejor drogado, no podía permitir que me sentase en el living de Susana en ese estado porque “habíamos trabajado muy duro para llegar hasta ahí”.
- ¿Me estás cargando, no? Dije perplejo.
- Que te pasa loco. Que te pasa!!!!!! ¿Por qué dios, por qué? – gritaba mirando el techo de la camioneta.
- Me tenés que estar jodiendo. ¿Cómo pasó todo esto? ¿Cómo que soy un cantante pop? ¿Un cantante como quién? –pregunté- manteniendo aún una mínima esperanza.
- Cómo vos, como nadie más. Vos sos único.
- Dejame de joder sorete, sos un sorete. Vos eras mi amigo. – Como me dejaste cometer esta locura.
- ¿De que locura me hablás? Ahora tenemos lo que siempre quisimos. Fama, minas, joda.
- No, no lo puedo creer. ¿Un cantante cómo quién? Repetí, ya totalmente fuera de mi.
- Que se yo, como Axel, como Cae, pero no te confundas. VOS SOS EL MEJOR.
- Andate a cagar!. Sos un sorete. ¿Cómo me dejaste hacer algo así? Dije hundiendo la cara entre las manos para ocultar las lágrimas. ¿Cómo vuelvo al barrio? ¿cómo mierda vuelvo al barrio?
- Como volviste al barrio querrás decir. El fin de semana pasado hiciste 3 club Progreso!. Estaba de bote a bote. Las viejas del barrio estuvieron toda la semana haciendo cola. Nadie se quería quedar afuera.
Sumergido en la peor de las tristezas. Muerto de vergüenza hice mi mejor esfuerzo por despertar. Cuando estaba a punto de volver a mi estado consciente me agarró del brazo y dijo – no seas boludo, esto es mucho mejor de lo que tenés, no lo arruines así. Dentro de cinco minutos te vas a arrepentir. Abrí los ojos y miré el reloj. Acordate de lo que te dijo este gil- gritó desde lo lejos- Eran las 6:25, cinco minutos después sonó la alarma. Mientras iba camino a la fábrica, pensé que tal vez fuera verdad lo que dijo, pero ya era demasiado tarde. Aunque no descarto dejar de lado ciertos prejuicios de acá en más.
Tendría que ser mala, pero escribís muy lindo soñador!!
ResponderEliminarpregunta: ¿algo que ver con tinelli?
Hubiera preferido que seas mala. Y, si claro que tengo algo que ver. Es mi dueño, como lo es de todos los soñadores del país. Igual ya me cambié de nombre, recién llego del registro civil, ahora soy simplemente Soneus. Me lo habían advertido, pero no hice caso..
ResponderEliminarBrindo por nuevo nombre.
ResponderEliminarLa copa de vino la tendrás que pagar vos. Eso sí.
Es impresionante la manera en que desarrollas la tematica entre la verdad que nos despierta día a día y el factor sorpresa de lo interno, lo que llevamos despe de volver de los sueños que nos atrapan y nos hacen dudar sobre que seria mejor. Muy bueno.
ResponderEliminarRaúl
Paula la malvada, estás en todos lados????????
ResponderEliminarGracias otra vez Raúl.
ResponderEliminarAristóteles??? Onasis?? sería mejor que le recrimines a Paula en su sitio!!
Un abrazo.