martes, 29 de mayo de 2012


A quien corresponda:



Hace algunos días vengo bastante enroscado. Si la consigna es simple es, básicamente, porque la pagan otros; en todo caso lo pagamos entre todos. ¿Quién puede juzgarme?
Entonces agarro un manojo de 29 letras y las tiro sobre el papel, después el milagro de los panes y los peces y aparecen las palabras que como cuchillos me van desgarrando.
Hace tiempo que todo esto se volvió una especie de tortura. El encierro, sobre todas las cosas, el encierro combinado con esas irreprimibles ganas de salir y el hermetismo.
No voy a volver a repetirme, porque básicamente no quiero mentirme otra vez, pero quien te dice que todo sea distinto de ahora en más.
Saludos

1 comentario:

  1. Gracias por rescatar la poesía popular
    La recordaba solo parcialmente y con ligeras variantes.- Transcribo al pie
    Seguí escribiendo. Lo hacés bien
    saludos
    Argie 200

    “La reja”

    En un lejano pueblito
    Y en ocuro callejón
    Se encontraba una pareja
    En infatigable acción

    Ella apoyada en la reja,
    en actitud pecadora,
    lofrecía tentadora
    Su archipeluda cajeta

    El sobándole una teta
    miró para todos lados
    para ver si eran vichados
    Por miradas indiscretas

    sacó la pija con corte
    era tremenda barreta
    que saltó como resorte
    cuando él abrió su bragueta

    Era porongo fornido,
    soberbio, descomunal.
    ¡qué bárbaro el animal,
    qué quipote había tenido!

    Y empezó a hablarle al oído
    palabras muy amorosas:
    abrí tus piernas preciosa,
    entregame el tierno nido.

    La mina trató de hablar:
    ¿Te habrás propuesto matarme?
    pues yo no puedo tragarme
    una garcha tan atroz.

    Y él con un gesto feroz
    y un poco de disimulo,
    le metió un dedo en el culo
    para cogerla mejor

    La piba pedía pan
    y pa´ bien dice el refrán
    Que lo bueno dura poco.
    Pues bajo la luz de un foco
    un botón se vio asomar

    Y la mina al palpitar
    La maroma que venía
    Le dijo al macho que hervía:
    ¡Querido sacá la pija!,
    Sacala rápidamente.
    Mirá que viene el agente
    Y nos va a portar en fija.

    Y el cana, que era decente,
    Una vez que allí llegó
    De esta manera engranó:

    No parece procedente,
    que jóvenes de su talle
    anden cogiendo en la calle
    cómo dos perros calientes.

    Todo el barrio está indignado
    Todos los días hay quejas
    Pues se dice que en el reja
    Se piroba de parado.

    Y algunos despreocupados,
    Que son los más asquerosos,
    Después de coger gustosos
    Dejan los forros colgados.

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